4 de septiembre de 2002

ABC, Madrid

El latín, una lengua no tan muerta

EMILIA RUIZ MARTÍNEZ. MADRID

La Universidad San Pablo CEU acoge esta semana el X Congreso Internacional de la Academia para el Fomento del Latín. Los ponentes leerán sus exposiciones en latín para defender la vitalidad de esta «lengua muerta» y la posibilidad de que sea el vehículo de entendimiento de la Europa del futuro.

De repente, ¿un extraño? En los pasillos de la Universidad San Pablo CEU se escucha un ronroneo. «Sofica parisiensis academia disciplina, latines dubita amat...» ¿Qué ocurre? ¿Qué pasa?, se preguntan las mesnadas a la puerta del edificio. ¿Tal vez que un grupo de cincuenta valientes, de edad media (que no de la Edad Media ni de la Tierra Media) están dispuestos a practicar el «hockey sobre latines» en pleno CEU? ¿O están «esperanto a Godot?» Ni de esperantos ni de dioses habla el ronroneo. Tampoco hay gatos que llevarse a la boca, porque no es de noche, cuando todos son pardos. ¿Gramática parda?, pues tampoco. «Nominor Antonius!», clama una voz, pero no en el desierto. «Vocant me Antonium. Ubi habitas?», le secunda otro.

¿Estamos ante una conferencia de Umberto Eco? ¿Un peplum, quizás? No divisamos a Jorge de Burgos, el malvado monje que mataba por reír. Del mismo modo, tampoco estamos en Almería y de Charlton Heston, Burt Lancaster o Kirk Douglas, ni rastro. Alguien rompe el ronroneo con una sentencia: «Mi taylor is rich». ¿Qué rara mezcla se cuece en las cocinas del CEU? Abrimos la puerta y nos encontramos con una sesión de notables, con un «senado casi romano» a la antigua usanza. La «Academia Latinitati Fovendae» pretende devolver la vida a una de las más importantes lenguas muertas, a la literatura y cultura latinas, incorporándolas a la vida cotidiana. «Alea jacta est», respiran los curiosos.

El euro y «Brutus»

«Non enim tam praeclarum est scire Latine quam turpe nescire» («No es tan de alabar saber latín como vergonzoso no saberlo»). Lo profetizó Cicerón y la obra en donde aparece la sentencia es «Brutus» (que a los no versados en latines les recordará al incombustible rival de Popeye y adulador de Olivia). ¿Quién podría imaginar, pues, que en este «año tecnológico de 2002», en pleno «siglo Internet», con la red de redes en pleno auge, alguien pudiera reivindicar el uso del latín como lengua de comunicación? «En esta autovía no hay que pagar peaje», comenta un miembro de esta mesnada de medio centenar de valientes que quieren hacerle hablar latín a la mismísima Cibeles antes de que Ronaldo, Raúl, Zidane o Figo le cuelguen la bufanda de la décima Copa de Europa. ¿Hablará Ronaldo latín? ¿Latines son amores y no buenas razones?, pensará el goleador carioca... Madrid fija, limpia y da esplendor a la lengua del Imperio Romano mediante el X Congreso Internacional de la «Academia Latinitati Fovendae» (Academia para el fomento del Latín).

Un noticiero en latín

Como el latín con latín entra (y no con sangre), este medio centenar de especialistas y profesores de distintas universidades españolas, europeas e incluso americanas, predican con el ejemplo. Dictan sus ponencias en riguroso latín y no pueden hablar más de veinte minutos. Así se pueden escuchar charlas del calado: «De Erasmo Roterodamo Prudenti interprete» «Quomodo Grex Latine loquentium interretialiter colat et probet Latinitatem vivam»... Allí, en este paraíso de latines el único extraño es quien no habla latín. Por mucho que en el bachiller se declinase el «rosa-rosae» (y eso que aún no existía «Operación Triunfo») comprobar que un alemán y un español pueden entenderse en latín, la lengua que todos creíamos muerta, y conversar en un pasillo sobre cómo les ha ido el día, cuando menos, sorprende. Así lo hizo el organizador de este congreso, Antonio Capellán (arquitecto y no filólogo, como se podría presumir), que cree que el propósito «no es hacer perdurar lo antiguo, sino rescatar una lengua que es la raíz de nuestra cultura». Como lo viene haciendo ABC, que ha publicado durante muchos años, en su sección de convocatorias, una conferencia íntegramente en latín. Y para los oídos más inquietos no hay nada como enfrascarse en la sintonía de una emisora que transmite el noticiero en latín para todo el mundo. Es la Radiofonía finlandesa, que desde hace quince años, se escucha desde Japón a Australia. ¿Se imaginan el primer gol de Ronaldo cantado y contado en latines?


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