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19/12/03

Eduardo López Jamar, EFE ● www.univision.com

La aviación cumple 100 años de historia. En la "Galería de Voladores Ilustres", Ícaro ocupa un lugar por méritos propios
 
EFE
Réplica de unos de los ornitópteros diseñados por Leonardo da Vinci. La idea era poder elevarse con mover las alas
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¿En qué momento de la historia de la humanidad sintió el hombre, por vez primera, el deseo de elevarse por los aires como los pájaros?.  Probablemente, desde que el hombre es hombre, como atestiguan antiguas leyendas y relatos.

Soñadores, genios e iluminados

Pero fue en 1903 cuando la imaginación, la inventiva y la técnica se fusionaron de manera exitosa con las ganas de volar.

El 17 de diciembre de ese año las inquietas mentes de los hermanos Wilbur y Orville Wright, fabricantes de bicicletas en Estados Unidos, lograron efectuar el primer vuelo controlado de un aeroplano, inaugurando la era de la aviación y revolucionando de paso la de los transportes.

Pioneros hasta en la mitología

Aunque fueron los hermanos Wright quienes se llevaron los laureles como creadores del primer aeroplano, lo cierto es que muchos otros habían intentado con anterioridad remontar el vuelo, con mayor o menor éxito.

En la "Galería de Voladores Ilustres", Ícaro ocupa un lugar por méritos propios.  Y ello, a pesar de tratarse de un mero personaje de la mitología griega.

La leyenda clásica cuenta que Dédalo, un famoso arquitecto e inventor, fue encerrado en el laberinto de Minos junto a su hijo Ícaro.  El sagaz Dédalo ideó un ingenioso plan para escapar.

Observando la forma de las alas de los pájaros, fue reuniendo plumas de éstos con la intención de fabricar dos pares de alas.  Con la ayuda de cera, fue pegando las plumas a su cuerpo y al de su hijo, al tiempo que advertía a Ícaro de que no debía elevarse demasiado durante el vuelo.

Pero su inquieto vástago, maravillado ante el poder que las alas le habían otorgado, comenzó a elevarse... tanto, que el calor del Sol derritió la cera de sus alas y se precipitó en caída libre al mar.

Evidentemente, Ícaro no fue un personaje real, pero su mito simboliza el ancestral afán de volar del hombre mejor que ningún otro.  Como él, muchos hombres de carne y hueso intentaron tocar el Sol con sus dedos.  Y, como él, muchos perdieron la vida en el intento.

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