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3-05-2003

ÍÑIGO DOMÍNGUEZ/POMPEYA, Ideal, Granada

Cosecha del 79 d.C.
NUEVOS VIÑEDOS. Campo de vides en los restos arqueológicos de Pompeya, con el Vesubio al fondo. /IDEAL
Pompeya resucita sus viñedos para producir el vino de hace 2.000 años.El proyecto, que une arqueología y botánica, ha logrado 1.721 botellas

«Los antiguos eran hombres como nosotros, no sólo los objetos que encontramos en las excavaciones, sino con vida compleja, y claro, también bebían vino», explica Giovanni Guzzo mientras gesticula con su pipa. Pese a ser abstemio, el superintendente de Pompeya, uno de los mayores paraísos arqueológicos del mundo, se ha volcado en un proyecto que ha necesitado veinte años de burocracia y ocho de experimentos para obtener un resultado palpable y concreto: 1.721 botellas de tinto cultivado en Pompeya, en el lugar donde crecían los antiguos viñedos y con las mismas técnicas de entonces.

Se puede decir que esta cosecha de 2001 es la siguiente de las prestigiosas bodegas de Pompeya después de que la ciudad romana quedara detenida en el tiempo por la lava del Vesubio, allá por el 79 d. C. Con un salto de casi 2.000 años en medio, es verdad, pero sigue la tradición. «Obviamente el vino no es idéntico, el gusto actual no soportaría lo que bebían los romanos, que además lo mezclaban con agua, miel y especias, pero hemos respetado al máximo el cultivo original», cuenta Piero Mastroberardino, dueño de la bodega italiana que ha colaborado en el experimento desde 1996.

Todo comenzó hace unos años, cuando alguien cayó en la cuenta de algo evidente: si la lava ha conservado las personas y los objetos de la ciudad, ¿por qué no buscar las vides? Pompeya tenía fama de buenos vinos, sus habitantes, como todos los romanos, eran amantes de la libación y además para ellos constituía un próspero negocio, como demuestran los numerosos sellos de fábrica hallados en ánforas. Pues resultó ser cierto y allí estaban los viñedos, en fincas dispersas por las afueras de la ciudad. Los moldes del yeso inyectado en los agujeros del suelo resucitaron las raíces y los huecos de los postes descubrieron el emplazamiento exacto de las cepas.

Mientras se resolvían los trámites para obtener una autorización que permitiera trabajar dentro del recinto arqueológico, comenzó la búsqueda del vino, del vino exacto que la erupción enterró para siempre. Los moldes de las cepas dieron algunas indicaciones, pero la información llegó de muchas fuentes: documentación escrita, examen de frescos y grabados, investigación botánica de polen, semillas, madera...

Variedades de uva

Los estudios concluyeron que los vinos tintos y blancos de Pompeya debían de provenir de ocho variedades de uva, identificables con especies actuales, de entre las cerca de ochenta existentes en aquella época: Aminea Gemina (el actual Greco) y Hellenica (Aglianico), ambos a su vez de origen griego; Apiana (Fiano); Columbina Purpurea (Piedirosso); Oleagina (Sciascinoso); Cauda Vulpium (Coda di Volpe); Alopecis (Caprettona) y Falanghina.

No hay muchos datos sobre las antiguas variedades de uva, pues los romanos daban importancia sobre todo al lugar del cultivo. Plinio, en su Historia natural , considera inútil enumerar los tipos «porque es evidente que influyen la región y el tipo de suelo, no la uva». La denominación de origen, como se ve, no es un invento tan moderno.

Dos modalidades -Piedirosso y Sciascinoso- demostraron adaptarse mejor tras hacer varias pruebas, mientras que el terreno volcánico de Pompeya se reveló fértil y rico en minerales. Para elegir el cultivo también había que decidirse por una de las seis técnicas que utilizaban los romanos, y se optó por la pérgola y el poste. El mayor de los cuatro viñedos reconstruidos, Foro Boario, se halla junto al anfiteatro, detrás de una tapia que esconde como entonces el tesoro del vino.

Ratones y serpientes

En una pequeña construcción de esta hacienda, la celda vinaria , hay una prensa y diez agujeros que corresponden a otras tantas tinajas enterradas en el suelo, donde fermentaba el caldo a una temperatura de 4 ó 5 grados. En estas condiciones no era raro que se colaran dentro ratones y serpientes, pero nadie se escandalizaba. Según indican algunos documentos, si el comensal encontraba alguno de estos animalejos en su vino, debía quemarlos y echar de nuevo las cenizas en el caldo.

En 1999 tuvo lugar la primera vendimia, que se dedicó a completar los experimentos, y en 2001, la primera cosecha productiva. Ha pasado doce meses en barrica y seis en botella. La gran ciudad antigua ha dado un vino joven, de color rubí y sabor intenso, que se acaba de presentar esta semana. Su nombre, Villa dei Misteri , una de las villas residenciales de las afueras de Pompeya cuyos frescos representan un rito mistérico de iniciación de la mujer al matrimonio y que han sido reproducidos en la etiqueta.

La venta de tan exigua producción se realizará mediante una subasta que comenzó el martes en Roma y que se desarrollará a través de Internet. Los beneficios se destinarán a restaurar la celda vinaria .

 

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UN CALDO DE CÉSARES

Sobre el vino: «La Campania (actual región de Nápoles) ha hecho subir hace poco el valor de sus vinos de nuevo nombre, no se sabe si gracias a un correcto cultivo o a la simple casualidad... Los vinos de Pompeya, por tanto, alcanzan el máximo de calidad en un plazo de diez años, no los mejora un ulterior envejecimiento».

Sobre los perfumes: «A cambio de especias traen encima objetos de vidrio y bronce, vestidos, brazaletes y collares. Por tanto este comercio se basa sobre todo en la seguridad que dan las mujeres con su ambición».

Perlas y gemas: «Éste es el material de lujo más vano de todos. Las perlas y las gemas pasan a los herederos, los vestidos duran en el tiempo, pero los perfumes se disuelven instantáneamente y mueren apenas nacen. Su máximo valor consiste en el hecho de que, cuando pasa una mujer, su estela atrae a quien está ocupado en otras cosas. Cuesta más de 400 denares la libra: esto es lo que cuesta el placer de los otros, visto que quien está perfumado no se percata de estarlo».

Más información: pompeiisites.org y mastroberardino.com

Subasta On-Line: www.villadeimisteri.com

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