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25/11/2003

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Gladiator: The Sword of Vengeance

Ave, los que van a jugar te saludan
Gladiator pone a prueba nuestras convicciones ideológicas en la arena del circo, en una aventura que mezcla a partes iguales acción y lucha. Un juego que no puede faltar en la estantería de los que apostaron por la consola de Bill Gates.

Los gladiadores el Imperio Romano se convierten en protagonistas, una vez más, de un juego de lucha, que esta vez viaja al universo de los Xbok para acercar un poco de sangre y buenas dosis de violencia sobre la arena del circo. Y es que el Imperio, tras la muerte de Trajano, se encuentra sumido en una época de decadencia, de excesos y de despotismo, que lleva al Emperados Arruntius a derribar parte de la ciudad de Roma para construir un circuito de batalla inmenso; un campo que medirá la valía de los gladiadores con trampas, pasadizos y desiguales batallas en el circo. En esa vorágine, Thrax saltará al Coliseo sin saber que sus pasos se dirigen más allá de una lucha sin cuartel a vida o muerte, enlazando lo divino y lo humano, lo real con la mitología romana clásica.
Para empezar habrá que advertir que gráficamente el juego resulta muy poco vistoso. El modelado de los personajes y las texturas no es nada del otro mundo, aunque se mejora en parte por un buen tratamiento de las luces y sombras, cambiantes a medida que se va desarrollando el día, lo que confiere a la historia un desarrollo lineal que se agradece; al igual que se agradece un juego de cámara móvil, dinámico, pero que no repercute negativamente en el control de nuestro personajes aunque cambie sus ángulos de visión incluso durante el combate; todo un acierto de los chicos de Acclaim.
Otro punto a favor de Gladiator se centra en el uso de las armas, que influirán directamente en la agilidad y velocidad de nuestros movimientos. Así, no será lo mismo usar una espada larga y ligera que una pesada hacha, por lo que será la naturaleza de la herramienta de guerra que hayamos seleccionado la que determine los movimientos de ataque y de defensa que vamos a realizar. Y lo mismo ocurre con los cascos y armaduras con los que equipemos a nuestro protagonista para defendernos, algo que nos hará falta porque la sangre en este juego está garantizada y la vamos a tener constantemente en la pantalla, el motivo esencial de que se haya tenido que subir el listón en la recomendación por edades del juego.
En algunos momentos, sobre todo a la hora de enfrentarnos con algún enemigo, la aventura se transforma en un auténtico juego de lucha, con combos finales para finiquitar a nuestro rival si lo deseamos, porque eso es lo curioso de toda la historia: en nuestra mano estará si dejamos vivir o deseamos ver morir a los enemigos que nos encontremos en la aventura.
En cuanto a la jugabilidad general del título, el cuidado guión, la variedad de objetivos y la IA aceptable de los enemigos hacen que Gladiator: The Sword of Vengeance sea un juego muy recomendable, sobre todo para los que recuerdan títulos como Golden Axe, en el que parece inspirarse claramente la creación de Acclaim. El hecho de que vayamos ganando en destreza a lo vez que avanzamos en la aventura, perfeccionando nuestra capacidad de lucha, también es un tanto a favor de esta jugabilidad bien conseguida en esta ocasión, con controles muy intuitivos y fáciles de dominar desde un principio.
Definitivamente, estamos ante uno de los títulos mejor conseguidos para la Xbox, y si se queda un par de pasos por detrás de otros similares que hemos visto en alguna plataforma es, sin duda, por la rémora que transporta la consola de Bill Gates con respecto a la negra de Sony. Además, la opción gore y las aniquilaciones a nuestros rivales le otorgan un punto de madurez al juego que puede atraer, y mucho, a los que están cansados de mundos de luz y de color en donde no cae una gota de sangre.

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