Qart-Hadast se rinde en penumbra.

Los guerreros carthagineses de ahora pierden igual que los de hace más de dos mil años, pero como la batalla en la que los romanos tomaron ayer Qart-Hadast es una recreación simbólica, se lo toman con bastante más filosofía.

Tanta, que durante la representación celebrada en la Cuesta del Batel, no pararon de reir y hasta bailar, a la vez que desfilaban por la enorme zona verde que sirvió, un año más, de escenario para la lucha.

Los hombres de Magón, sabedores antes del acto de su derrota, se hicieron acompañar de un grupo de gaiteros y desde el principio, cuando el cónsul romano Escipión arengaba a sus soldados, se dedicaron a danzar y gritar.

Los carthagineses plantearon dificultades a sus enemigos, pero la superioridad numérica de las legiones acabó por derribar la resistencia púnica.

Por si era poca la ventaja de los grupos romanos llegados de Tarraco, contaron con la ayuda de un grupo de bomberos (socios de la legión Vigiles de Carthagonova), quienes escalaron con una cuerda la empinada muralla de Carlos III y dieron muerte a los últimos efectivos que defendían el honor de los habitantes de Qart-Hadast.

En el bando ganador, destacó la fuerza y las ganas de agradar del debutante Gabriel Luis Martínez en el papel de Escipión. Antes del enfrentamiento, les recordó a sus hombres, a grito pelado, que no permitiría ninguna relajación.

Buen humor

Tuvo un pequeño lapsus que provocó la sonrisa del mucho público que siguió la batalla. «Amazonas, lanzad vuestras flechas contra los Honderos de...ahí...ahí», dijo.

Reaccionó segundos después para decir, «Honderos de Baleares». La gente aplaudió y su esposa, la bella Emilia Paula (Eva María Mena), que siguió la lucha a escasos metros de la acción, no podía parar de reír.

Muchos festeros de a pie comentan que gente como Gabriel Luis Martínez y Eva María Mena hacen mucha falta en las fiestas.

El principal problema llegó a falta de diez minutos para el final de la batalla, cuando una avería general en el tendido eléctrico dejó sin luz el escenario. Los organizadores, en vista de que el acto estaba a punto de terminar, optaron por suspenderlo.

Pidieron perdón por megafonía, explicaron que el fallo fue ajeno a Tropas y Legiones e invitaron a los asistentes a volver el año que viene al mismo lugar para ver la conmemoración de la batalla en la que Roma conquistó Qart-Hadast.

Al campamento

Pese a estas dificultades, la representación más espectacular de Carthagineses y Romanos tuvo de nuevo el colorido, el ambiente y las ganas que pusieron los participantes. El bando carthaginés se tuvo que conformar, un año más, con curar sus heridas con vino, en el campamento.

Tras la toma de la ciudad, los hombres de Escipión se mostraron a los cartageneros con todo su poder y esplendor. Un desfile lleno de alusiones a la victoria romana recorrió las calles del centro. No contentos con ello, los romanos siguieron festejando tan importante conquista en el campamento.

Muchas legiones se habrán divertido de lo lindo esta madrugada en sus bacanales.