a. La
vida de
Sófocles.
Relaciones
de
Sófocles
con el
público
ateniense.
Participación
activa de
Sófocles
en la
administración
y política
del estado
ateniense.
Premios.
Según el
Mármol de
Paros,
podemos
situar el
nacimiento
de
Sófocles
hacia el
año 497/6,
unos 25
años más
joven que
Esquilo.
Pertenecía
a una de
las
familias
más
distinguidas
de Atenas
( la Vita
de
Eurípides
habla de
la
educación
gimnástica
y musical
del
joven). Su
vida está
inmersa en
la de su
ciudad,
participando
en las
actividades
políticas,
siendo por
lo menos
una vez
estratego
en la
guerra de
Samos, y
otra
administrador
de los
fondos
públicos,
pero su
actitud
política
está
carente de
partidismos,
según se
puede
deducir. A
diferencia
de otros
hombres de
letras de
su época,
residió
siempre en
Atenas y
solo
abandonó
la ciudad
cuando
tenia que
prestarle
un
servicio
público.
Vivió la
época de
máximo
esplendor
ático,
pero
también el
comienzo
de los
peligros
que desde
dentro y
fuera
amenazaban
la
estabilidad
y
supremacía
ateniense:
la
política
imperialista
ateniense
creó el
descontento
entre los
miembros
de la
Confederación
Ática, y
además la
rivalidad
espartana
por la
hegemonía
les
llevaría
al
enfrentamiento
en la
guerra del
Peloponeso.
Sobre la
fecha de
su muerte,
haciendo
caso a la
Vita de
Eurípides,
cuando en
405 a.C.
Aristófanes
representó
Las
Ranas,
Sófocles
ya había
muerto.
En cuanto
a sus
relaciones
con el
público
ateniense,
Sófocles
ganó
rápidamente
y logró
mantener
siempre su
favor. En
su
juventud
recitó
personalmente
y de sus
participaciones
en la
escena
quedaron
en el
recuerdo
de los
atenienses
su
habilidad
para tocar
la cítara
en el
papel de
Támiris
y su danza
de la
pelota en
Nausícaa.
Pronto
abandonó
la
actuación,
seguramente
por las
exigencias
del arte
de actor.
Sobre su
participación
en la
política
ateniense
como
estratego,
Sófocles
no fue
nunca un
hombre de
armas, no
mostró
perspicacia
ni energía
en los
asuntos
del
Estado,
sino que
más bien
actuó como
cualquier
honrado
ateniense
del
montón.
Más
importante
fue su
actividad
en la
comisión
de
finanzas
del
Estado, al
ser
nombrado
como
helenotamia
(magistrado
financiero)
y
contribuir
en las
reformas
tributarias
acontecidas
en la Liga
marítima
del Ática,
en el año
443/2a.C.
La lista
epigráfica
de los
triunfadores
en las
Dionisias
registra
18
triunfos
de
Sófocles.
El hecho
de que la
Suda
(Léxico de
la
Antigüedad
que data
del siglo
X )
mencione
24 y la
Vita cite
20 se debe
a que la
primera
incluye
los
triunfos
en las
Leneas
(Fiestas
del Lagar
en honor
de Dioniso
-enero- ).
Nunca
ocupó el
tercer
puesto en
el Agón.
b. La
obra de
sófocles.
Estudio de
las obras
más
famosas:
Antígona,
Edipo rey.
Los
eruditos
alejandrinos
atribuían
a Sófocles
un total
de 123 o
130 obras
pero en
realidad
solo son
seguros
114
títulos de
los cuales
solo se
conservan
7 dramas,
al igual
que en
Esquilo,
más un
drama
satírico.
Poco
sabemos de
su
Triptólemo,
una de las
obras
premiadas
por el
arconte
Cimón en
468a. C.
Como
innovaciones
en la
técnica de
la
tragedia
se le
atribuyen
el aumento
del número
de
miembros
del coro,
que pasa
de 12 a
15, así
como la
introducción
del tercer
actor, con
lo que
aumenta la
acción y
pierden
protagonismo
los coros.
También se
le
atribuye
la
introducción
de la
escenografía,
aunque no
sea una
información
segura; lo
que sí es
cierto es
que
abandona
la
estructura
de la
trilogía y
escribe
piezas de
contenido
independiente,
en las
cuales los
protagonistas
individuales
se
convierten
en el tema
central.
Las siete
obras que
se
conservan
son:
Ayax,
Antígona,
Traquinias,
Edipo Rey,
Electra,
Filoctetes
y Edipo en
Colona.(citadas
cronológicamente).
Antígona
es la
segunda en
antigüedad
de las
conservadas
y su
representación
pudo tener
lugar
hacia el
442 a.C.
Su tema es
muy
conocido,
se remonta
al ciclo
tebano y
narra cómo
una vez
muertos
los hijos
de Edipo,
Eteocles y
Polinices,
en lucha
fratricida,
su tío y
nuevo
señor de
la ciudad,
Creonte,
prohibe
enterrar
el cadáver
de
Polinices,
que había
venido
contra la
patria, y
que sea
presa de
perros y
aves. Pero
Antígona,
una de sus
hermanas,
se
enfrenta
al tirano,
ya que su
hermana
Ismene no
se atreve,
y cuando
intenta
cubrir el
cadáver es
apresada
por la
guardia de
Creonte,
quien
intenta
convencerla
para que
cese en su
empeño sin
conseguirlo,
pues sus
posturas
son
irreconciliables
( aquella
defiende
las leyes
no
escritas
agrafoi
nomoi
de los
dioses,
mientras
éste las
leyes
escritas
grafoi
nomoi
de los
hombres ).
Creonte
condena a
Antígona a
ser
enterrada
viva en
una tumba
de piedra.
El hijo de
Creonte,
Hemón,
prometido
con
Antígona
intenta
persuadir
a su padre
pero éste
hace
prevalecer
la ley del
Estado
haciendo
cumplir la
sentencia.
Cuando
Creonte se
arrepiente
y decide
liberar a
Antígona
es tarde,
y ambos
amantes
han muerto
en la
tumba,
ella
ahorcada y
él
matándose
con su
espada. La
esposa del
rey,
Eurídice,
también se
da muerte
al
enterarse
de los
acontecimientos.
Creonte
queda solo
y la obra
termina
con su
lamento y
la
reflexión
final del
coro
recomendando
la
moderación
y el no
oponerse a
las leyes
divinas.
Edipo
Rey
debió ser
representada
hacia el
425a.C. y
es el
núcleo de
la
creación
trágica de
Sófocles,
siendo
irreprochable
su
estructura
dramática.
El tema
está
tomado
también
del ciclo
tebano y
se centra
en el
descubrimiento
de la
causa de
la peste
que asola
a Tebas y
que Edipo,
rey de la
ciudad, se
compromete
a
descubrir
y poner
remedio.
Toda la
obra es el
desarrollo
del
proceso
que
conduce al
descubrimiento
de ese
enigma
que,
trágicamente,
desvela a
Edipo su
propio
enigma: él
es el
causante
de la
peste,
pues lleva
consigo la
terrible
mancha del
parricidio
y el
incesto.
Al
descubrir
la verdad,
Edipo se
precipita
dentro de
palacio,
encuentra
a Yocasta,
madre y
esposa,
ahorcada,
y se saca
los ojos
al no
poder
soportar
la visión
de lo que
ha hecho.
Ciego ya,
se despide
de sus
hijas
partiendo
al
destierro
y
liberando
así a
Tebas de
otros
posibles
males bajo
su
mandato.
La obra
concluye
con
palabras
del coro
mostrando
el ejemplo
de Edipo,
que había
conseguido
la cumbre
en el
poder y
caído en
desgracia,
para que
nadie se
considere
feliz
hasta el
último día
de su
vida.
Se nos
muestra
aquí la
antítesis
entre el
obrar
humano y
la
voluntad
inescrutable
de los
poderes
superiores.
Pero en
esa
oposición
es donde
el ser
humano
puede
alcanzar
su mayor
grandeza
al
oponerse a
ese
destino
ciego ante
el que no
se rinde.
Esta lucha
puede
llevar al
hombre al
sufrimiento
y a la
muerte,
pero aquí
es donde
encuentra
precisamente
su valor
moral.
Ante la
existencia
caben dos
actitudes:
la del
conformista,
que se
rinde ante
las
dificultades,
y la del
héroe, que
se rebela
y sigue su
camino
hasta el
final.
c.
La
ideología
de
Sófocles.
Sófocles y
la
democracia
ateniense.
El
humanismo
heroico de
Sófocles.
La
afirmación
más típica
de la
ideología
sofóclea
es: “la
felicidad
humana
consiste
en pasar
la vida
sin haber
experimentado
el dolor
de la
desgracia”;
así, hay
que dar un
sentido
positivo a
los
valores
sostenidos
por los
personajes
que en la
escena no
sufren
desgracias
(Creonte,
Tiresias...),
y un
sentido
negativo a
los héroes
que son
objeto de
la
desgracia
trágica
(Edipo,
Yocasta...).
No
obstante
esta idea
va
cambiando
según los
personajes
a que se
la
apliquemos,
pues el
hombre
puede
afrontar
el poder
divino de
tres
formas :
poniéndose
en contra
(Creonte),
defendiéndolo
a ultranza
(Tiresias)
o de
negación
velada
(Edipo).
El héroe
de
Sófocles
es un ser
pasional;
monolítico,
intransigente,
inflexible
ante la
existencia,
obediente
a un deber
superior
que se ha
creado él
mismo para
superarse.
El amor
humano le
es
extraño.
Presenta
un teatro
grandilocuente,
cuyos
protagonistas
suscitan
admiración,
pero nos
hacen
difícil la
identificación
con ellos
yendo
siempre al
límite de
sí mismos.
En
Sófocles
sorprende
su
pesimismo
existencial,
pues
destaca la
debilidad
de la
condición
humana, al
tiempo que
subraya la
belleza de
la lucha
del hombre
que se
resiste a
su
destino.
Por otro
lado la
tragedia
sofoclea
nos
muestra
que el
poder, y
su
concepción,
debe ser
lo
suficientemente
coherente
- es el
espíritu
de la
democracia
ateniense
- como
para que
sus
decisiones
no choquen
ni con las
leyes no
escritas (
las que se
tienen por
costumbre),
ni con el
consenso
de los
ciudadanos,
ni con el
código
oficial de
las leyes
divinas.
Rasgos del
humanismo
heroico
son:
enfrentamiento
con el
destino,
desfallecimiento
momentáneo
ante la
muerte,
participación
activa en
los
acontecimientos
por
trágicos
que sean,
soledad
ante la
familia,
actuación
conforme a
la
naturaleza.
d. El
estilo de
Sófocles.
Como se ha
citado ya,
Sófocles
introdujo
el tercer
actor en
la
tragedia y
dio mayor
naturalidad
a su
narrativa.
Amplió el
número de
coreutas
de 12 a 15
y redujo
el papel
del coro a
unas
intervenciones
fijas más
uniformes.
Pero su
mayor
innovación
se refiere
a la
concepción
de la
tragedia
como un
todo y no
como parte
de una
trilogía.
La
estilística
de
Sófocles
muestra
algunos
rasgos muy
utilizados
por el
poeta,
tales como
anáforas y
aliteraciones
(entre
ellas
destaca el
verso:
tufloV ta
t wta
ton te
noun ta t
ommat ei)
Edipo Rey
371.
Con todo,
es en el
terreno de
las
imágenes
donde más
atractiva
aparece la
dicción de
Sófocles.
Así, por
ejemplo,
la ciudad
es como un
náufrago
que sufre
el embate
de las
olas, la
ciudad es
como una
vieja
decrépita
que se
consume,
el Hades
es ese
hombre
ávido de
lucro que
se
enriquece
con
llantos y
gemidos,
etc.
Por último
decir que
el propio
Sófocles
dice que
su estilo
sufrió
tres
etapas en
su
desarrollo:
una
primera
donde
vence el
estilo
recargado
de
Esquilo,
una
segunda en
la que se
enfrenta a
la
aspereza y
artificiosidad
de su
propia
naturaleza,
y la
tercera en
que
consigue
la mayor
perfección
formal (
Edipo). |