Sin duda
alguna
hubo
manifestaciones
poéticas
en Grecia
antes de
Homero.
los mismos
poemas
homéricos
aluden a
veces o
suponen
implícitamente
la
existencia
de otros
cantos,
Hubo,
pues,
formas
épicas y
líricas de
las que no
tenemos
testimonio
directo,
ya que
durante
siglos la
transmisión
fue de
carácter
oral.
La
aparición
y difusión
de la
escritura
permitió
la
fijación
escrita de
las
creaciones
poéticas.
Este hecho
debió
producirse
entre los
siglos
IX-VIII a.
C., al
entrar los
griegos en
contacto
con los
fenicios,
de quienes
tomaron el
alfabeto.
Esta es
también la
fecha que
generalmente
se admite
como muy
probable
para los
poemas
homéricos:
la
ILIADA y
la ODISEA.
Los poemas
homéricos
han sido
objeto de
atentísimos
estudios
desde la
Antigüedad
hasta
nuestros
días;
estos
estudios
han dado
origen a
técnicas
de
investigación
literaria
muy
delicadas,
que han
tenido
aplicación
muy eficaz
en otros
géneros y
en otras
literaturas.
Pero a
pesar de
tan arduos
trabajos,
siguen,
sin
embargo,
en pie
numerosos
problemas
en torno a
los poemas
homéricos
en sus
diversos
aspectos.
Enumeraremos
a
continuación
los más
significativos:
a)Personalidad
de Homero.
Los
debates
sobre su
existencia
se han
venido
planteando
desde la
época
Alejandrino
hasta
nuestros
días.
Muchos
críticos
han
llegado
incluso a
negar la
existencia
de Homero,
afirmando
que sólo
es un
"nombre".
Sin
embargo la
presencia
del
poeta
se deja
sentir en
el
tratamiento
de datos
legendarios
y en la
creación y
reinterpretación
de tipos,
así como
en la
organización
de los
poemas
(especialmente
la ILIADA)
centrados
en torno a
un tema.
En cuanto
a su vida,
se cree
que
probablemente
habría
sido un
rapsodo, y
como tal,
habría
conocido
algo de
mundo,
vinculado
a las
cortes
principescas
de su
tiempo.
Sobre las
siete
ciudades
que se
disputan
el honor
de ser su
cuna,
Esmirna
tiene
mucho a su
favor, y,
en todo
caso,
puede
designar
el ámbito
poético
del Asia
Menor
reflejado
en los
poemas.
Una
estancia
prolongada
en Quíos,
así como
su muerte
en la isla
de Ios,
pueden ser
datos
históricos.
Las
noticias
de su
ceguera es
un rasgo
típico de
su leyenda
(era
conocido
por el
sobrenombre
"el que
no ve",
traducción
literal de
la palabra
Homero).
Creemos
que la
época de
su
creación
corresponde
a la
segunda
mitad del
siglo VIII
a. C.
b) La
cuestión
homérica.
Todas las
diferencias
que en los
poemas han
planteado
el
problema
histórico-literario
conocido
como la
"cuestión
homérica":
¿Son la
ILIADA y
la ODISEA
obras de
un mismo
autor?
Desde la
época
Helenística
hasta el
siglo XIX,
las
distintas
corrientes
e
interpretaciones
resultaron
positivas
para el
mayor
conocimiento
de los
poemas.
Pero, es a
partir del
siglo XIX
donde las
teorías
Analíticas,
que niegan
la unidad
poética de
la obra,
encienden
de nuevo
el gran
debate.
Después de
la Primera
guerra
mundial se
comenzó a
considerar
la unidad
de las
epopeyas
homéricas,
con las
llamadas
teorías
Unitarias.
En
resumen,
Homero es
una
terminación
y un
comienzo,
y más de
una
discrepancia
de su obra
se explica
por esta
razón. Las
raíces de
su
creación
se hunden
profundamente
en la
antigua
esfera de
la
canción
heroica
oral.
c)
Transmisión
de los
poemas.
Hasta la
época
Alejandrina,
en que se
acometieron
estudios
cuidadosos
de los
poemas y
se fijó el
texto de
los
mismos, la
transmisión
del legado
homérico
se realizó
de una
forma un
tanto
incierta.
Primero
por los
rapsodos o
recitadores,
más tarde
por los
maestros
de escuela
como texto
escolar
básico, y
sobre todo
por las
"ediciones
especiales"
de cada
ciudad con
destino a
los
concursos
de
recitadores
en las
fiestas
locales
que habían
dado lugar
a la
proliferación
de
variantes
e
interpolaciones
en los
textos. La
pregunta
sigue
viva:
¿Cuál fue
el texto
primero y
original
de los
poemas?
d) La
lengua
homérica.
Es una
lengua
artificial,
es decir,
que no ha
sido
hablada en
ningún
momento
por ningún
grupo
humano: es
una lengua
literaria,
utilizada
con fines
estrictamente
poéticos y
que se
quedó como
vehículo
de
expresión
propio de
las formas
épicas y
que
influyó
poderosamente
en la
formación
de las
restantes
lenguas
literarias.
Pero,
¿Cómo se
originó?
La
respuesta
queda
abierta a
la Crítica
Literaria
del
pasado,
presente
y para el
futuro.
e) La
métrica
homérica.
La forma
métrica de
los poemas
es el
hexámetro
dactílico,
utilizado
en series
indefinidas
de versos.
La
cuestión
está en
quien
elaboró
esta forma
métrica.
Constituye
una
creación
sumamente
tan
delicada
que no
puede ser
en manera
alguna la
invención
de un solo
poeta, por
genial que
éste
fuera. Por
otra
parte, no
se adapta
fácilmente
al ritmo
natural de
la lengua
griega.
Incluso se
defiende
la
posibilidad
de que ya
fuera
utilizado
por los
cantores
aqueos
en el II
milenio
a.C., pero
en
definitiva
su origen
y
elaboración
son
todavía
inciertos.
Estos son
los
problemas
más
considerados
por la
Crítica y
de difícil
solución,
no sólo
ahora,
sino por
siempre.
Haciendo
un
análisis
de los
poemas
desde el
punto de
vista de
la poesía
oral,
podemos
percibir
que no
surgieron
por sí
solos,
sino que
suponen la
cristalización
de una
larguísima
tradición
épica de
carácter
oral,
que se
inició
probablemente
a mediados
del II
milenio a.
C. Aparte
de suponer
un largo
proceso de
creación
poética,
estas
obras son
también el
punto de
transición
desde la
antigua
poesía de
los
aedos
o cantores
(épica
cantada),
a la de
los
rapsodos
o
recitadores
(épica
recitada).
En ambas
epopeyas
se habla
de la
gloria del
héroe a
través de
la
canción,
pero
ocurre de
manera muy
diversa.
La ILIADA
nos
permite
reconocer
una etapa
más
temprana,
en la que
los héroes
mismos
cantaban.
La ODISEA,
en cambio,
nos
presenta a
cantores
profesionales,
y, nos
permite
reconocer
y conocer
muchos
aspectos
acerca de
la
posición
que
ocupaba el
cantor y
la
naturaleza
de su
exposición.
Vemos al
"aedo"
vinculado
a una
corporación.
Por lo
general se
trasladaría
de una
población
a otra,
como se
nos
presenta a
Homero en
relatos
posteriores.
Pero podía
vincularse
asimismo a
la corte
de un
príncipe y
adquirir
allí un
prestigio
considerable.
La
pregunta
decisiva
es si
debemos
imaginarnos
al "aedo"
y otros
cantores
similares
cantando
de acuerdo
con un
texto
fijo, o
bien
improvisando.
Sabemos
que la
ILIADA y
la ODISEA,
aún en la
época en
que el
libro ya
se había
desarrollado
plenamente,
se
conservaban
vivas
principalmente
gracias a
la
exposición
oral de
los
"rapsodos"
en la
fiesta de
los
dioses.
Estos
rapsodos
ya hace
tiempo que
no tañen
la lira,
sino que
sostienen
un bastón
en la
mano; no
cantan,
sino que
recitan
levantando
la voz.
Tienen una
memoria
extraordinaria
y se
hallan
atados a
un texto
determinado,
que en
épocas
antiguas
imaginamos
constituía
el valioso
patrimonio
de algunas
familias y
gremios.
Indudablemente,
esta
dependencia
del texto
no es
absoluta.
Si
volvemos a
remontarnos
a los
"aedos"
prehoméricos,
advertimos
sin más
una
diferencia:
al
recitador
con el
bastón se
le
enfrenta
el cantor
con su
lira.
Pero, ¿de
dónde toma
el "aedo"
el
contenido
de su
canto?
La base de
estas
investigaciones
se vio
notablemente
ampliada
por el
libro de
Maurice
Bowra,
Heroic
Poetry
(1952),
que parte
de un
estudio de
la poesía
épica de
todas
partes del
mundo como
base de
una
investigación
que se
propone
conocer
los rasgos
distintivos
de la
poesía
épica
oral.
Una poesía
de este
tipo se
encuentra
en la
mayoría de
los
pueblos de
la tierra
y en no
pocos
hasta el
día de
hoy.
Siempre
encontramos
en el
núcleo de
tales
canciones
al "héroe"
que se
destaca
frente a
los demás
por su
valor y
fuerza
física.
Sus
acciones
se hallan
determinadas
únicamente
por el
concepto,
aún no
problematizado,
del
honor.
Esta
poesía
tiene su
origen y
cultivo
por lo
general en
una clase
alta de
caballeros,
que pasan
la vida
dedicados
a la
lucha, la
caza y los
placeres
de la
mesa,
entre los
cuales se
cuenta
asimismo
la
canción
del cantor.
Lo que se
canta en
tales
círculos
se
convierte
más tarde
en
patrimonio
de la
comunidad.
En todos
los casos,
esta
poesía
heroica
tiene la
pretensión
de narrar
hechos
verdaderos,
y los
fundamenta
en la
venerabilidad
de la
tradición
o en la
inspiración
divina.
En cuanto
la forma,
domina la
narración
en verso,
cuya
unidad no
esta
constituida
por la
estrofa,
sino por
el verso.
Los
discursos
desempeñan
un papel
importante
en el
relato.
Sin
embargo,
el rasgo
principal
lo
constituye
el papel
dominante
de
elementos
típicos.
Entre
éstos se
cuenta el
adjetivo
tópico, la
fórmula
más
extensa,
que se
repite una
y otra
vez, y las
escenas
características,
tales como
los
preparativos,
la
partida,
la boda y
los
funerales.
Se trata
de un arte
artesano,
que el
maestro
transmite
al
discípulo
o, como
ocurre con
frecuencia,
el padre
al hijo.
El cantor
debe estar
provisto
de dos
cosas:
del
conocimiento
del tesoro
de
leyendas
de su
pueblo, y
de la
aparato de
fórmulas
adecuado.
Pero esto
es todo;
no cuenta
con un
texto
prefijado
y crea su
canción de
nuevo en
cada
actuación.
Naturalmente,
para ello
se basa
por lo
general en
lo que él
y otros
han
cantado,
pero nunca
se halla
atado a un
texto que
simplemente
tendría
que
reproducir.
Va
variando
constantemente
su texto,
y, por lo
general,
esto
supone la
ampliación
de lo
anteriormente
cantado.
En
conclusión,
lo que
exponían
los
"cantores"
no era una
poesía
prefijada
de una vez
para
siempre,
sino un
relato
oral que
cada vez
volvía a
configurarse
de nuevo y
que, con
el auxilio
de
numerosas
fórmulas
elaboraba
los temas
tomados de
entre un
conjunto
de
leyendas
muy
desarrollado,
tomando la
forma
de una
tradición
artesana.
Esta
poesía
responde
por
completo a
un
carácter
oral
(los
norteamericanos
hablan de
oral
composition),
y ello
incluso en
el caso de
que se
conociera
la
escritura
en amplios
círculos. |